Por Ingrid
Publicado en Mentalidad | Tags : asertividad, decir que no, starting
Por Ingrid
Publicado en Mentalidad | Tags : asertividad, decir que no, starting
Tu conducta está determinada por la respuesta social que obtienes de los demás.
Puedes sentirte valorada, capaz, querida y respetada.
Y, en otras ocasiones, inadecuada, frustrada y culpable con tus actos.
Formar parte de la sociedad es un fastidio, pero estar excluido de ella es una tragedia – Oscar Wilde
Existe el temor a decepcionar.
A destruir la imagen que los demás puedan tener de ti.
Por eso nos cuesta decir que no.
Queremos complacer a nuestros padres, a nuestros compañeros, a nuestros jefes, a nuestras parejas…
No queremos defraudar e invertimos una buena parte de nuestra autoestima en hacer felices a los demás.
No queremos quedarnos atrás.
Ni ser excluidas.
Nos pasamos la vida queriendo complacer, muchas veces de forma egoísta, porque nos beneficia estar arropadas y sentirnos apoyadas por el clan.
Al final, por ese sentido de pertenencia, de no querer sacar los pies del tiesto, no nos escuchamos.
“Soy dueña de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas y mis temores” Virginia Satir.
Somos dueñas también de nuestros triunfos y nuestros fracasos.
Debemos, por tanto, trabajar en nuestro provecho sin ofender ni menospreciar a los demás..
Podemos tener muchas cosas en común con otras personas, pero somos únicas en nuestros pensamientos e ideas.
Esa diferenciación es buena y debemos desarrollarla.
Debemos distinguir entre la estima de los demás y nuestra propia autoestima, que no tienen porqué ser excluyentes.
Buscamos prestigio y reconocimiento, y eso muchas veces hace que no nos escuchemos y nos dejemos llevar.
Necesitas cultivar la autoconfianza.
Y creer en ti.
Todas tenemos varias “subpersonalidades”.
El primer paso es conocer su existencia, aceptarlas, determinar que existen conflictos entre ellas y que eso te autolimita.
Tienes que aprender a llegar a acuerdos entre todas ellas.
Y ejercitarlas para que sepan decir no.
¿Sigo en mi cómoda posición con mi horario preestablecido o salgo de la zona de confort y me lanzo a lo que realmente quiero hacer?
¿Voy a esa cena que me viene tan bien por los contactos que puedo hacer, me quedo en casa con un libro o salgo a bailar con mis amigas?
Unas veces puedo dejar que gane la batalla mi parte comodona, otras la más racional o la más frívola.
Son negociaciones internas que debes saber manejar.
Si tienes un plan, una meta o unas necesidades, es necesario renunciar a muchas cosas. Y necesitas decirte que no.
Decirte que NO desde la empatía, comprendiendo tus necesidades y las de los demás.
Así que…
Karl Albrech habla de cuatro capacidades que caracterizan la inteligencia social:
Para desarrollar tu inteligencia social, tienes que atreverte a decir que NO.
Muchas veces no es necesario un no rotundo.
Siempre puedes negociar algo equilibrado, un punto intermedio entre la demanda que te hacen y tu disponibilidad.
“Decir ‘no’ te libera para poder decir que sí cuando más importa” Grant.
Poner límites no es sencillo, pero una vez que aprendes cómo hacerlo deja de generarte ansiedad, culpabilidad y malestar.
Es mejor aprender a decir NO que buscar excusas, pues entonces la demanda seguirá repitiéndose.
El primer paso es entender que es normal que al principio te genere incomodidad.
Puedes explorar distintas fórmulas y ensayar posibles respuestas.
Existen también muchas formas para decir que no.
Es interesante tenerlas en mente y manejar distintas respuestas, según la situación.
No dispongo de tiempo aunque agradezco que me hayas tenido en cuenta. Te voy a poner en contacto con alguien que sabe realmente del tema.
Tendría que dejar de lado otras cosas para decirte que sí y no es el momento….
Ponte frente al espejo para controlar también el lenguaje no verbal, aunque la mejor manera de que este “NO” no te juegue una mala pasada, es estar segura de tu “NO”.
Mantén un lenguaje corporal amigable pero firme.
Y no digas que no desde el enfado o la obcecación, sino desde la reflexión y la seguridad de que eso es lo que quieres.
No tienes que dejarte intimidar.
Puedes permitirte un tiempo para responder.
“No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que sí es necesario es pensar todo lo que se dice” – Quino.
Según la circunstancia, tu negativa puede requerir una explicación, aunque debes disculparte sólo lo necesario.
En muchas ocasiones es más efectivo y rápido, acompañar el NO con una sonrisa y un “gracias” a extenderte en largas disertaciones tratando de justificarte.
Aún así, hay personas muy persistentes a las que resulta muy complicado decirles que no.
Hace poco leí esto en la red:
“Siento decepcionarle. Uno de mis objetivos para este año es mejorar mi habilidad para decir no. Usted es un público difícil, supongo que me viene bien para practicar…”
Probablemente mucho menos de lo que piensas.
Es más la ansiedad que te genera que lo que realmente acaba sucediendo.
Decir que no te libera y te da más control sobre tu vida.
Refuerza tu autoestima y seguridad.
Y ganas en respeto.
No tienen que ser grandes asuntos.
De hecho, hay que aprender a poner límites en las cosas pequeñas y cotidianas.
Te podría contar mi propia experiencia o la de gente cercana, pero resulta mucho más interesante que vivas la tuya propia.
Como psicóloga y como amiga he escuchado historias de mujeres de diferentes edades que consideraban que el éxito laboral había dañado su salud y su bienestar emocional de forma desproporcionada al beneficio económico recibido a cambio.
En buena parte es debido a no saber decir que no.
Asusta más el miedo a lo que pueda suceder que lo que realmente ocurre después.
Si eres coherente, no tienes por qué sentirte culpable.
Te animo a decir que no, cuando tu tiempo o tus necesidades te lo sugieran.
Decir que no con coherencia, es un ejercicio muy sano.
No te sientas culpable ni te preocupes por lo que puedan pensar los demás.
E insisto…
Ahora cuéntame, ¿a quién le vas a dedicar tu próximo NO? Te leo en los comentarios.
Estudié psicología aunque trabajé en obras industriales durante muchos años. Mi vida profesional se adaptó a las circunstancias, aprendí, disfruté e hice catorce mudanzas con un marido y dos niñas pequeñas. Hace unos años me reciclé, soy feliz con mis pacientes y enseñando Mindfulness. Dirijo también unas tertulias literarias, he escrito dos libros de relatos cortos y tengo un blog. Escribir, leer, comer, viajar, disfrutar de mi familia y amigos, el deporte y trabajar como psicóloga son mis pasiones, todas, no podría quedarme con una sola.
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Muy interesante…y lo q nos cuesta!!!Graciasss
Buenas ,estoy de acuerdo en lo que escribes y llevando el ritmo de vida que las grandes ciudades nos imponen o nos imponemos hay q decir que No sin contemplaciones do
La verdad, es que decir que no cuesta, yo creo que se aprende con los años, pero es bueno de vez en cuando analizar las situaciones que nos llevan habitualmente a hacer lo que no queremos y tomar medidas
Muchas gracias Ingrid. Tus consejos nos ayudan a hacernos el día a día más llevaderos y a activar nuestra estima. Sigue enviándonos muchos más….
Gran artículo. ..como siempre.
Con mis recién estrenados 50 años cada vez me animo más a decir NO….me liberó y como bien dice Ingrid, me siento mas respetada.
Acertadisimo articulo.
Muchas gracias por ayudarnos a la reflexión positiva.
Puesto q te he escuchado y estoy completamente de acuerdo, parare y me escuchare.
Gracias por el artículo . Muy revelador .
Gracias Ingrid. Una vez sabida la teoría toca aplicarla.
Fantástico artìculo Ingrid. Debe ser toda una liberación el saber decir que no en el momento adecuado.
Prometo aprenderlo y llevarlo a cabo.
muy interesante Ingrid.
SAludos
Magníficos consejos para conseguir moverte en esta sociedad cada vez más complicada y exigente. Gracias
Buena teoría..supongo que dependerá de cada persona pero yo no veo tan fácil ponerlo en práctica ; mucha gente no acepta un “no” por respuesta e insiste una y otra vez…. O te encuentras con que si no lo hace una no lo hace nadie ….O simplemente ya dan de antemano tu respuesta positiva y ni siquiera te dan la opción a decir que “no”, lo que aún es peor…
Aunque repito, buena teoría …y buen artículo ! Te animo a que continúes compárenlo con notas nuevos artículos
Concuerdo contigo, Ana Suarez. También sé decir que no, pero hay personas y circunstancias que no aceptan un NO de tu parte. Qué sugieres en ese caso?
Muy acertado. Volveré a leerlo de nuevo, porque tiene mucha miga. Me ha gustado una barbaridad. Ideal como artículo de cabecera para los que nos cuesta decir que no.
Sabio aprendizaje!… necesario de poner en práctica!!!!
Escucharse, conocerse… y empezar con los NO!
Gracias Ingrid!